¿Qué es?
La geolocalización consiste en trabajar con una serie de datos que proporciona un ordenador o un dispositivo móvil para localizar un objeto, una persona, un coche, una calle… En la actualidad, es una de las herramientas más recurrentes en la tecnología y múltiples aplicaciones trabajan con la geolocalización, no solo los mapas.
La geolocalización es una tecnología que se emplea en múltiples aspectos de nuestra vida y ofrece información en un doble sentido, lo que nos beneficia a nosotros como usuarios. Esta herramienta optimiza muchos procesos del día a día, como conocer la ruta más cercana, saber el punto exacto en el que se encuentra un pedido…
Objetivos de la geolocalización
Los objetivos de la geolocalización pueden agruparse en tres categorías diferentes. Son los siguientes:
- Permite obtener la ubicación de una persona o de un objeto para poder acceder a información concreta por medio de un sistema de coordenadas, es decir, un mapa.
- Busca información sobre objetos o servicios en un mapa como, por ejemplo, localizar un supermercado o un restaurante en concreto.
- Incorpora información geográfica a un objeto a partir de los metadatos que lo componen como, por ejemplo, a un vídeo o una fotografía.
¿Para qué sirve?
Como se ha comentado anteriormente, la geolocalización se utiliza para obtener diferentes datos en tiempo real para poder localizarlos en el mapa con gran precisión. Los datos obtenidos pueden emplearse para llevar a cabo diferentes finalidades:
- Potenciar el branding.
- Aumentar la visibilidad.
- Fidelizar clientes, mejorando las relaciones con ellos.
- Mejorar la experiencia de usuario.
- Personalizar y ubicar los contenidos publicitarios.
- Obtener una mayor interacción con el contenido.
- Aplicación de restricciones de acceso.
- Distribuir a partir de la ubicación geográfica.
- Análisis de tráfico de redes.
¿Cómo se obtienen?
Para obtener la posición exacta del sujeto en cuestión, la geolocalización trabaja con diferentes métodos, como por ejemplo comprobar la dirección IP de un equipo o el GPS de nuestro teléfono. Los smartphones trabajan con sistemas formados por una red de satélites geoestacionarios que dan cobertura a toda la Tierra. Esto se conoce como posicionamiento global. A la hora de obtener la ubicación del dispositivo, como mínimo, se conecta con 3 satélites, recibe un identificador y la hora de cada uno de ellos. De esta forma, el dispositivo calcula el tiempo que tarda en llegar la señal de cada uno de los satélites y obtiene la ubicación a través de la triangulación.
Dichos datos pueden conseguirse a partir de diferentes vías:
- Direcciones IP en la navegación web.
- Dispositivos Global Positioning System (GPS).
- Posicionamiento WiFi.
- Teléfonos móviles.
- Radiofrecuencia.
- Tarjetas bancarias de crédito o de débito.
- Contenido publicado en redes sociales.
Beneficios
La geolocalización permite obtener los siguientes beneficios:
- Disminuir el uso de los recursos a partir de la integración tecnológica.
- Utilizar en múltiples procesos empresariales.
- Detener y prevenir fraudes.
- Gestionar incidentes en tiempo real y poder actuar rápidamente en caso de emergencia
- Obtener resultados de una búsqueda basados en la ubicación
- Publicidad personalizada en base a la ubicación
- Conocer la posición de una flota de vehículos
- Compartir tu ubicación en una foto o vídeo publicada en redes sociales
- Analizar comportamientos de los usuarios
- Realizar estudios con los que mejorar la “experiencia de uso”
Riesgos de la geolocalización
A pesar de todas las ventajas que tiene, esta tecnología también conlleva una serie de riesgos que debemos tener en cuenta.
Con la geolocalización, estamos facilitando información personal que puede comprometer nuestra privacidad, nuestras rutinas o hábitos diarios, por lo que puede llegar a ser un aspecto en nuestra contra. Debemos prestar atención a qué aplicaciones le damos acceso a nuestra ubicación exacta.