¿Sabías que el efecto Halo es uno de los sesgos psicológicos más importantes a la hora de pensar en el marketing de nuestra empresa? Lo creas o no, es un factor clave para consolidar la imagen de marca que el cliente tiene sobre nosotros.
Índice
¿Qué es el efecto Halo?
El efecto Halo es un sesgo cognitivo que consiste en realizar una primera impresión general, positiva o negativa, a partir de una única característica o cualidad de una persona u objeto. Su función es el ahorro energético, por lo que realizamos un juicio rápido y global para inferir el resto de atributos sin gastar mucho tiempo en ello.
Si pensamos en una persona físicamente atractiva tenderemos a asignarle rasgos de personalidad agradables y positivos aunque no dispongamos de la suficiente información para poder atribuírselos.
El efecto Halo aplicado al marketing para mejorar la imagen de marca
La primera impresión cuenta en todo en la vida. Por ello hay que cuidar la imagen que se proyecta de nuestra empresa. El cliente, por lo general, no va a perder su tiempo en conocernos a fondo, se guiará por el primer impacto que causemos. En nuestras manos está que sea positivo o negativo.
Como estrategia de imagen de marca (Branding)
Hay que tener en cuenta que su primera impresión sobre la empresa le llegará a partir de la página web o del establecimiento físico. La estética es importante. Tenemos que cuidar nuestra imagen. Así mismo, la imagen va asociada a la experiencia de usuario (UX). Para crear una buena primera impresión, el cliente debe abandonar nuestra web o establecimiento completamente satisfecho.
Lo que buscamos con esta primera impresión es generar confianza y con ella, la fidelización. Nuestra misión no debe limitarse a que el cliente consuma, si no que vuelva a nosotros a por más.
Como estrategia de imagen de producto
Conseguiremos generar una imagen positiva de nuestro producto cuidando su diseño y sobre todo su calidad. Si la experiencia de usuario de la web o el establecimiento era importante, la del producto es crucial.
De ella dependerá la impresión que se lleve de nuestra marca. Si su experiencia con un producto o servicio concreto fue mala e insatisfactoria, seguramente repercuta a la hora de valorar la marca en general. Además, esta opinión negativa también salpicará al resto de productos de la empresa, aunque no tengan nada que ver o haya sido un caso excepcional.
Recuerda que el efecto Halo es una táctica de nuestro cerebro para ahorrar energías, entonces, ¿para qué gastar más de la cuenta en algo que de primeras no nos ha gustado?
Esto puede solucionarse rápidamente con una buena atención al cliente y procurando que el primer contacto del cliente con nuestra marca sea plenamente satisfactoria.
En cambio, si la experiencia con el producto es buena, la opinión global que genere el cliente sobre la empresa y el resto de sus productos tenderá a ser positiva.
Técnicas de aplicación del efecto Halo para mejorar la imagen de marca
Asociar la imagen de marca a un famoso
Esto no es nada nuevo. Lo han hecho muchas marcas conocidas ya. Pero, ¿por qué?
Vincular a un famoso con nuestra marca conlleva a que las características que le atribuímos a esa persona se transmitan a la empresa, tanto las positivas como las negativas. Como ya sabemos, el efecto Halo provoca que realicemos una generalización errónea a partir de la característica más destacada, o por un juicio anterior del que ya disponemos, por lo que si el famoso nos gusta, la marca nos gustará.
Por ello es importante elegir bien a la persona dependiendo de las características que queramos transmitir a nuestro público.
El ejemplo más famoso es el de George Clooney y Nespresso. Inconscientemente, lo que nos viene a la cabeza al pensar en esta marca es que es elegante, sofisticada y atractiva, solamente porque Clooney lo es.
Lanzar al mercado buenos productos
Si un producto es aceptado y tiene éxito, el resto de productos también lo tendrá y por consiguiente, la marca.
Un producto mueve a otro, ya que al nuevo se le atribuyen las características del anterior. Por ello, si nos ha gustado, suponemos que otro producto de esa marca también nos gustará. Esto conlleva a su aceptación y a la fidelización del cliente.
Un ejemplo conocido es el de Apple. El iPod fue aceptado por su novedad y calidad, por lo que el cliente supuso que sus ordenadores y teléfonos móviles contarían con las mismas características, siendo una de las marcas con mayor fidelización.
Por lo tanto, el efecto Halo afecta a la valoración positiva o negativa que el cliente tenga de nosotros. Podemos aprovechar este sesgo a nuestro favor, teniendo cuidado y pensando bien qué imagen queremos transmitir de nuestra marca.
Para aplicar este efecto a tu marca apóyate en PZT.