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¿Te imaginas que un día te despiertas y ves que tu red social favorita ha cambiado de nombre? ¿Qué pensarías? ¿Qué sentirías? ¿Seguirías usándola o buscarías una alternativa? Estas son algunas de las preguntas que se plantean las empresas cuando deciden hacer un Rebranding, es decir, una renovación de su identidad corporativa que implica modificar elementos como el nombre, el logotipo, los colores, el eslogan o la filosofía de la marca.
El rebranding no es una decisión que se tome sin sentido aparante, sino que responde a una estrategia de marketing que busca adaptarse a los cambios del mercado, a las necesidades y preferencias de los consumidores, a la evolución de la competencia o a la propia visión y misión de la empresa. Sin embargo, también conlleva una serie de riesgos y desafíos que hay que tener en cuenta antes de dar el paso.
En este artículo vamos a analizar el caso de Twitter, la popular plataforma de microblogging que recientemente ha anunciado su cambio de nombre a X. ¿Qué motivos han llevado a esta decisión? ¿Qué cambios ha introducido en su imagen? ¿Qué reacciones ha generado entre sus usuarios y el público en general? ¿Qué beneficios y perjuicios puede tener para su posicionamiento y reputación?
A continuación, te lo contamos todo.
¿Qué es el Rebranding?
El rebranding es un proceso por el cual una empresa cambia uno o varios aspectos de su identidad corporativa con el fin de renovar su imagen y adaptarla a las nuevas circunstancias del mercado.
El rebranding puede ser parcial o total, dependiendo del grado de modificación que se realice. Por ejemplo, un rebranding parcial puede consistir en cambiar solo el logotipo o el eslogan de la marca, mientras que un rebranding total implica cambiar también el nombre y la filosofía de la empresa.
El rebranding tiene como objetivo principal mejorar la percepción que tienen los consumidores sobre la marca, aumentar su diferenciación respecto a la competencia, ampliar su público objetivo, reflejar su evolución y crecimiento, transmitir nuevos valores o atributos, o solucionar problemas de imagen derivados de crisis o escándalos.
En definitiva, se trata de crear una nueva personalidad para la marca que sea más acorde con su realidad actual y con las expectativas de sus clientes.
¿Cuál es el propósito del Rebranding?
El rebranding no es una acción aislada, sino que forma parte de un plan estratégico que busca conseguir unos objetivos concretos.
Estos objetivos pueden variar según el caso, pero algunos de los más habituales son:
- Aumentar la notoriedad y el reconocimiento de la marca.
- Reforzar la fidelidad y la confianza de los clientes actuales.
- Atraer a nuevos clientes potenciales.
- Expandirse a nuevos mercados o segmentos.
- Innovar y diferenciarse de la competencia.
- Actualizar y modernizar la imagen de la marca.
- Corregir errores o confusiones sobre la identidad o el posicionamiento de la marca.
- Superar crisis o problemas de reputación.
- Reflejar cambios internos en la estructura, la cultura o la visión de la empresa.
De Twitter a X: el logotipo es la clave
Uno de los casos más recientes y sorprendentes de rebranding ha sido el de Twitter, la red social fundada en 2006 que cuenta con más de 300 millones de usuarios activos al mes.
El pasado mes de julio, Twitter anunció que cambiaría su nombre a X, una decisión que causó gran revuelo e incredulidad entre sus seguidores y el público en general.
Según explicó Jack Dorsey, el CEO y cofundador de Twitter, el cambio respondía a una necesidad de simplificar y unificar su marca bajo un solo concepto: X.
El nombre ‘X’ hace referencia al símbolo matemático que representa una variable desconocida, una incógnita por resolver. De esta forma, Dorsey quiso transmitir la idea de que Twitter es una plataforma abierta, dinámica y diversa, donde cada usuario puede expresar su opinión, compartir sus intereses y descubrir nuevas perspectivas sobre el mundo.
Además del nombre, Twitter también modificó su logotipo, que pasó de ser un pájaro azul a una ‘X’ mayúscula de color morado. El nuevo logotipo conserva la forma de las alas del pájaro, pero las simplifica y las estiliza, creando una imagen más minimalista y elegante. El color morado, según Dorsey, representa la creatividad, la originalidad y la diversidad que caracterizan a Twitter.
Cambios principales
Los principales cambios que ha introducido Twitter en su rebranding son:
- Cambio de nombre: de Twitter a X.
- Cambio de logotipo: de un pájaro azul a una X morada.
- Cambio de dominio: de twitter.com a x.com.
- Cambio de nombre de usuario: de @twitter a @x.
- Cambio de eslogan: de «What’s happening?» a «What’s X?».
Los desafíos de comunicación asociados a la renovación de imagen y los riesgos del Rebranding
El rebranding de Twitter no ha sido una decisión fácil ni exenta de riesgos. Al cambiar su nombre y su logotipo, Twitter ha puesto en juego su identidad, su reputación y su posicionamiento en el mercado. Por eso, ha tenido que enfrentarse a una serie de desafíos y retos comunicativos para lograr que el cambio fuera aceptado y comprendido por sus usuarios y por el público en general.
Algunos de estos desafíos han sido:
- Comunicar el cambio con claridad y transparencia, explicando los motivos, los objetivos y los beneficios del rebranding.
- Generar expectación e interés por el cambio, creando una campaña de lanzamiento que involucrara y emocionara a los usuarios.
- Mantener la coherencia y la consistencia entre el nuevo nombre, el nuevo logotipo y la nueva filosofía de la marca.
- Preservar la esencia y los valores de Twitter, evitando perder su personalidad y su conexión con sus usuarios.
- Gestionar las posibles resistencias o rechazos al cambio, escuchando y atendiendo las opiniones, las dudas y las quejas de los usuarios.
- Monitorizar y evaluar los resultados del cambio, midiendo el impacto y la efectividad del rebranding.
¿Éxito o declive absoluto de la marca?
El rebranding de Twitter ha generado opiniones encontradas entre sus usuarios y el público en general. Algunos han aplaudido el cambio, considerándolo una muestra de innovación, valentía y adaptación al mercado. Otros, en cambio, han criticado el cambio, calificándolo de innecesario, confuso o incluso ridículo.
Entre los aspectos positivos del rebranding se pueden destacar:
- El nombre X es más corto, simple y fácil de recordar que Twitter.
- El nombre X es más versátil y flexible, permitiendo crear juegos de palabras o asociaciones con otros conceptos o marcas.
- El nombre X es más universal y global, evitando posibles problemas de pronunciación o significado en otros idiomas o culturas.
- El logotipo X es más moderno, elegante y distintivo que el pájaro azul.
- El logotipo X mantiene la forma de las alas del pájaro, creando un vínculo con la historia y la identidad de Twitter.
- El color morado es más original, llamativo y diferenciador que el azul.
De la misma forma, entre los aspectos negativos del rebranding se pueden señalar:
- El nombre X es demasiado genérico, abstracto e impersonal, perdiendo la personalidad y el carácter de Twitter.
- El nombre X puede generar confusión o ambigüedad con otras marcas o conceptos que usan la misma letra o símbolo.
- El nombre X puede provocar rechazo o indiferencia entre los usuarios habituales o fieles a Twitter, que se sienten identificados con el nombre original.
- El logotipo X es demasiado simple, minimalista o incluso aburrido, perdiendo el encanto y la simpatía del pájaro azul.
- El logotipo X rompe con la tradición y la historia de Twitter, que se ha asociado siempre al pájaro azul como símbolo e icono.
- El color morado puede resultar demasiado llamativo, estridente o incluso molesto para algunos usuarios o públicos.
Tras dar este repaso sobre qué es el rebranding enfocándolo al caso de X, o Twitter para los más nostálgicos, desde PZT podemos decir que este rebranding de Twitter a X ha sido una estrategia de marketing arriesgada, pero con un sentido estratégico, en cuanto al sector del marketing, potente.
Por un lado, el cambio de nombre permitió a la empresa diferenciarse de sus competidores y atraer a nuevos usuarios con una imagen más innovadora y dinámica. Además, el rebranding reflejó la evolución de la plataforma, que pasó de ser un simple servicio de microblogging a una red social integral que ofrece diversas funcionalidades y contenidos.
Por otro lado, el rebranding también tuvo sus desafíos y riesgos. Algunos usuarios se mostraron confundidos o descontentos con el nuevo nombre, que consideraron poco original o representativo de la esencia de Twitter. Asimismo, el rebranding implicó un alto costo económico y logístico para la empresa, que tuvo que adaptar su identidad corporativa, su comunicación y su infraestructura al nuevo nombre.
Sin embargo, este rebranding de Twitter a X ha sido una decisión valiente, pero acertada, que le permite a la empresa renovarse y posicionarse como una de las redes sociales más populares e influyentes del mundo.
Actualmente X, con su Rebranding, está en boca de todos.